El cáñamo en Francia

Antigua postal

Una hermosa chica bretona está hilando cáñamo sentada en los escalones de piedra que  probablemente llevan a su casa. Viste un bonito traje regional bretón. El vestido, posiblemente hecho de satén negro o terciopelo, ha sido bordado con un diseño de flores y decorado con encajes. Su cabello ondulado se recoge debajo de un pequeño gorro blanco y largas cintas caen graciosamente detrás de sus orejas. Dos hombres, ambos vestidos con hermosos trajes, están de pie a su izquierda y derecha. ¿Son estos elegantes caballeros sus pretendientes?. ¿O son sus hermanos mayores que se dedican  al comercio del cáñamo?. ¿O quizás comerciantes textiles que están inspeccionando la calidad del hilo?. 

Esta antigua postal “Moeurs Et Types Bretons – filant le chanvre” (Costumbres y tipos bretones – hilando cáñamo) data de 1910 y se hizo en la región francesa de Morbihan, en Bretaña. Los refinados trajes regionales de las tres personas aquí retratadas son una clara prueba de la prosperidad de su familia. A partir del siglo XVI, la península francesa se hizo muy rica debido al cultivo, hilado y tejido de cáñamo.

Textiles de cáñamo de la Bretaña

Los arroyos que fluyen a través de los pueblos de la Bretaña oriental Locronan, Josselin, Quintin y Vitré favorecieron la fabricación de textiles de cáñamo. En otoño, después de la cosecha, los tallos de cáñamo de dos a tres metros de alto se “empapaban” dejándolos en los arroyos por poco tiempo. Este es un proceso de descomposición bacteriana natural. El núcleo leñoso del tallo se separaba de la fibra de la corteza. Los tallos húmedos se unían posteriormente en haces y se secaban contra una valla especial o un sauce truncado. Las mujeres hilaban y tejían el cáñamo haciendo cuerda, tela y velas durante los meses de invierno.

Fama internacional

Los productores bretones de cáñamo atrajeron a importantes clientes con sus velas y cuerdas de alta calidad: la Flota Real Francesa, la Marina Británica, la Armada Española y las colonias americanas. Incluso el propio William Shakespeare elogió la calidad de la tela de cáñamo de Locronan en su tragedia “Coriolanus” (1608). Gracias al cáñamo, el dinero regó la región francesa. En consecuencia, la Bretaña adquirió no sólo fama internacional sino también un importante patrimonio arquitectónico gracias a los tejidos de chicas como la de esta postal.